Ahora los malos somos los medios de comunicación. Así lo ha asegurado el hermano pequeño de los dos colombianos que participaron en el asalto a la vivienda de la pareja de ancianos en Porreres, Mallorca.
En los últimos días, ha ido surgiendo información sobre el terrible suceso, en el que un anciano fue apalizado, viéndose obligado a defenderse matando a uno de los ladrones con una escopeta.
Mauricio Escobar Benítez, el colombiano de 25 años, fue el que murió por el disparo recibido, mientras que Freddy Escobar Benítez, su hermano gemelo, apalizó al jubilado de 77 años, fracturándole la nariz y siendo necesario su ingreso en el hospital.
Pero su familia, lejos de pedir disculpas por lo ocurrido, no ha dudado en criticar a los medios de comunicación.
«No queremos hacer ningún tipo de declaraciones de momento», ha dicho el hermano menor de los dos colombianos. «La mayoría de los medios de comunicación que han hablado de este tema se han portado mal con nosotros. Han salido publicadas muchas cosas que no son verdad y esto nos ha afectado mucho, la verdad. Estamos destrozados», ha dicho en declaraciones recogidas por el portal últimahora.es
Queda claro que para la familia, los dos delincuentes no eran tan malos, defendiéndoles pese a que tenían numerosos antecedentes por robo y violencia, sobre todo hacia ancianos.
Indignación en las redes sociales
Numerosos ciudadanos se han mostrado indignados con las declaraciones de la familia, recordándoles que una «persona buena no entra en casa ajenas»: «Al hermano del ‘presunto’ atracador muerto: La gente normal no entra en casa ajena pegando y robando a los dueños de la casa. Los que se portan como tu hermano tienen otro nombre que ni quiero mencionar».
«Lo que sí es verdad es que tu hermano estaba en un propiedad privada robando, de no haber estado ahí aún seguiría vivo».
Vamos, que la familia no tiene ni vergüenza.
Dos hijos con numerosos antecedentes ¿y se entera ahora de que eran delincuentes? ¿o es que cuando no le pasaba nada a ellos no le importaba mucho su «oficio»?
Haberlos educado mejor, señora. No me da ninguna pena.