Irene Montero y su equipo en el Ministerio de Igualdad, Victoria Rosell y Ángela Rodríguez ‘Pam’, siguen obsesionadas con atacar a Luis Rubiales por su polémico beso a Jenni Hermoso.
Desde que el ya ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) besara en público a la campeona del mundo con la Selección, el aparato feminista liderado por Irene Montero ha centrado todo sus esfuerzos en atacarle, ignorando por completo las diversas violaciones grupales que se han registrado en España estos últimos días. La ministra de Igualdad fue de las primeras en comenzar la campaña contra Luis Rubiales tildando el beso de «violencia sexual». En su cuenta de Twitter (ahora X), escribió: «No demos por hecho que dar un beso sin consentimiento es algo ‘que pasa’. Es una forma de violencia sexual que sufrimos las mujeres de forma cotidiana y hasta ahora invisible, y que no podemos normalizar. Es tarea de toda la sociedad. El consentimiento en el centro. Solo sí es sí».
El perfil oficial de la ministra de Igualdad en dicha red social es una buena prueba de cómo sus últimos mensajes se han centrado exclusivamente en este asunto. Desde que publicó el mensaje anteriormente citado, la dirigente de Podemos ha publicado más de 16 mensajes sobre este asunto, a lo que hay que sumar numerosos repost (retuits) de algunas de sus compañeras en el Ministerio, como Ángela Rodríguez ‘Pam’, secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género, quien ha calcado el discurso de Irene Montero hablando de «violencia sexual».
Precisamente, el último tuit sobre el beso de Rubiales se ha producido este mismo domingo. En él, la ministra de Igualdad ha insistido con su discurso: «Lo que no se nombra no existe. Un beso no consentido es violencia sexual».
En silencio a pesar de las numerosas violaciones en grupo
Es habitual escuchar a Irene Montero decir que ella «defiende a todas las mujeres», ¿pero es esa afirmación cierta? La verdad es que cuesta creerlo si tenemos en cuenta su más absoluto silencio sobre las violaciones grupales (y no grupales) que se han venido produciendo en España estos últimos días.
Ni la ministra de Igualdad ni su secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género han venido denunciando ni condenando las diferentes agresiones sexuales grupales que se han registrado en lo que llevamos de verano. Estos últimos días, en España se han denunciado hasta siete violaciones en grupo. Mientras ambas se han centrado en pedir la dimisión de Luis Rubiales y acusarlo de «violencia sexual», en Tudela (Navarra), una joven denunció ser violada por cinco jóvenes de entre 19 y 33 años.
Además, en Orihuela (Alicante), dos hombres, de nacionalidad magrebí, agredieron sexualmente a una mujer que estaba buscando empleo. En Málaga, un hombre de nacionalidad marroquí fue arrestado por violar a una joven durante la Feria. En Mallorca, una manada británica violó a una joven en Magaluf, y en Pontevedra, dos menores de edad fueron agredidas sexualmente por un argelino que el juez envió a prisión.
Como decimos, ni Irene Montero ni su compañera en el Ministerio de Igualdad han denunciado en sus redes sociales estas agresiones sexuales. Y mientras ellas siguen seleccionando los casos que más les interesan para difundir su feminismo más extremo, las violaciones siguen aumentando. En 2022 subieron un 53% a pesar de los 525 millones de euros que el Ministerio de Igualdad tenía de presupuesto.
Y a todo esto hay que sumar la polémica Ley del ‘sólo sí es sí’, que ha beneficiado a más de mil violadores con rebajas de penas y excarcelaciones. Está claro, este Ministerio de Igualdad no funciona.