Este lunes arrancó el juicio contra los seis yihadistas que fueron detenidos en 2014 por pertenecer y formar parte de una red de captación de combatientes para Al Qaeda.
Parece ser no importarles la gravedad de los hecho, puesto que varios de ellos no dudaron en reírse y mostrar ‘buen rollo’ antes de ser sometidos a las preguntas de la Fiscal, faltando al respeto así a todas las víctimas del terrorismo islamista.
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La Fiscalía pide entre 10 y 12 años para los detenidos en la ‘operación Javer’ en 2014 en Melilla. Se les acusa de captar combatientes marroquíes y españoles para Al Qaeda con el fin de atentar en suelo occidental.
La principal acusación por un delito de integración en organización terrorista es contra Mustafa Al Lal Mohamed ‘Doberman’, quien aseguró «rechazar todo tipo de violencia» en su lucha yihadista.
«Condeno cualquier uso de violencia contra familias inocentes», afirmaba ante la Fiscal. «Amo a mi gente, amo a mi familia y quiero que vivamos en paz, en Melilla o donde sea», añadió.
«El islam no incita a la violencia y yo soy musulmán y a eso me atengo», terminó.
«¿Justifican la práctica terrorista con una visión deformada del Islam?», ha preguntado Delgado al líder del grupo.
Para los otros cincos, Rachid Abdelnahet Hamet; Kamal Mohamed Driss, Mohamed Mohamed Benali, Benaissa Laghmouchi Bagdadi y Mustafá Zizaoui Mohand, la Fiscalía pide 10 años.