Este jueves 31 de agosto, en Cubillos del Sil, León, la central térmica de Compostilla II era desmontada con tres explosiones que acabaron con un símbolo de la riqueza industrial y minera de El Bierzo.
220 kilos de explosivos hicieron desaparecer dos torres de refrigeración y una chimenea, una destrucción que fue fijada para el día de ayer por parte de la eléctrica Endesa, que es la propietaria de las instalaciones. Las torres de refrigeración fueron construidas en los años 80. Cada una de ella tenía una altura de 110 metros, con un diámetro de 80 metros en la base y 50 metros en lo más alta, mientras que la chimenea fue construida en los años 70, y tenía una altura de 120 metros.
El derribo de las torres de Compostilla ha provocado numerosas críticas en la zona. Las críticas políticas han salido de VOX. El partido liderado por Santiago Abascal ha tildado la voladura de las tres chimeneas de «crimen contra la soberanía energética de España». «Dinamitan centrales térmicas cuando escasea la electricidad y destruyen presas cuando se necesita el agua. Su Agenda, nuestra ruina», han añadido.
Por su parte, plataforma ‘Bierzo Ya’ ha defendido que se trata de un «atentado» puesto que su portavoz, Antonio López, explica que esta voladura «puede provocar nuevas fisuras en el muro de contención dele pantano de Bárcena».
«Hoy es un día triste para la comarca y para muchos de aquellos que habitamos en ella. Endesa o lo que queda de ella, nos ha dado la estocada final, nos traen más miseria de la actual, con desguaces de baterías y vertederos de eólicas, con lo que ello trae que no es otro que contaminación de aguas subterráneas cercanas al pantano de Bárcena», denuncian.