Josefa Cedrón está viviendo un infierno por culpa de unos okupas que se han adueñado de la vivienda de su madre, que tiene Alzheimer. La vivienda, ubicada en la localidad de Albeiros (Lugo), no solo ha sido okupada, sino que además ha sido puesta a la venta.
La pesadilla de Josefa comenzó hace un mes, cuando un familiar le advirtió de que una furgoneta había entrado en su propiedad y que una familia se había instalado en su vivienda, llegando a poner una alarma y cámaras de seguridad. Los okupas al observar que no había nadie en la vivienda, accedieron en su interior. Desde entonces, Josefa, que ha denunciado los hechos, sigue sin poder acceder a su casa. «Estoy viviendo un infierno», dice entre lágrimas.
«La Policía me aseguró que solamente podrían echarlos si un testigo decía que no estaban allí antes, pero dos días después, unos vecinos fueron a comisaría para dar fe de que esa gente no estaba allí antes y nos dijeron que sin orden judicial no pueden hacer nada». «Está denunciado en la comisaría y estoy a la espera de que me llame la policía judicial», señala Josefa.
Josefa explica que «sigue pagando las facturas de luz y agua» y que incluso han puesto la vivienda a la venta a través de una inmobiliaria: «El portal inmobiliario en el que se anuncia no sabe quién puso el anuncio y no sabe si son estas personas».
Obras en su vivienda
Pero si Josefa no tenía suficiente con todo esto, hace pocos días observó como los okupas están haciendo obras en la vivienda sin su permiso. «Están haciendo lo que están queriendo con la casa».
«Es el colmo y lo malo es que te sientes indefensa. La justicia no me ayuda y la Policía no puede hacer nada. Estamos abandonados frente a los okupas», dice Josefa Cedrón.