Una refugiada de Bosnia, que llegó a España en 1994, se ha estado aprovechando de la gentileza española todo este tiempo, y ahora, que le reclaman la vivienda que le cedieron en su día para que pudiera vivir con sus hijos, asegura que «es suya» y no piensa marcharse.
Esta mujer, lleva 24 años ocupando una vivienda que estaba destinada al conserje del colegio público de Atios y que el alcalde de O Porriño, José Manuel Barros, ya fallecido, le cedió para que pidiera rehacer su vida con su familia.
Pero tras todo este tiempo, la mujer, con mucha cara, ha seguido aprovechándose de la vivienda, incluso, es la administración pública la que le sigue pagando el agua y la luz.
La casa, que tiene una superficie de 90 metros cuadrados, ocupa la última planta del colegio y para poder acceder a su vivienda, la refugiada tiene que cruzar por el recreo donde juegan los niños.
En declaraciones que recoge La Voz de Galicia, Murveta Meholjic, ha asegurado que no va a irse: «La casa es mía, tengo allí mis cosas y no me voy a ir».
«No tengo nada que hablar con nadie, ¿quién se mete en mi vida privada?», continuó diciendo.
El colegio de Atios necesita su vivienda para ampliar las instalaciones escolares y poder dar cabida a los numerosos alumnos que tiene ahora, ya que ha pasado de 110 a 220 alumnos.
«Como AMPA entendemos que acoger a esta refugiada fue una solución en su momento, pero nos damos cuenta de que ya no existe esa necesidad y el colegio debe tener una instalación que le corresponde porque le hace falta», ha defendido Fabián Vázquez, presidente de la asociación de padres y madres.
Según ha podido saber Caso Aislado, la mujer ya no usaría la vivienda como primera residencia, puesto que padres que llevan a sus hijos al colegio aseguran que no se le suele ver por allí.
