Una joven mujer, madre de un niño de cuatro años, fue brutalmente asesinada y quemada por su marido musulmán cuando trataba de recuperar «su vida occidental».
Sinead Wooding, de 26 años, que se cambió el nombre al de Zakirah, conoció a su marido, Akshar Ali, cuando trabajaba en el mercado de Leeds y según informa ‘The Times’, esta se vio obligada a convertirse al islam cuando comenzaron a salir.
Fue a principios de 2015, cuando la pareja se casó en una ceremonia islámica. Desde el principio, la joven estuvo sometida a la violencia de su marido, incluso este le impidió recibir visitas de sus familiares y amigos.
El fiscal de Leeds, Nicholas Campbell, aseguró que Wooding comenzó a vestir ropa occidental días antes de ser asesinada en una fiesta que tuvo lugar en casa de, Yasmin Ahmed, un amigo del marido, que junto a él, niegan el asesinato.
Varios testigos reconocen que la pareja discutió en la cocina y que escucharon un golpe muy fuerte. Ahmed, amigo del asesino, afirma que se acercó para ver qué había pasado, asegurando que la mujer había abandonado la fiesta por la puerta de la cocina.
Pero el fiscal, asegura que Sinead Wooding nunca abandonó esa casa con vida: «Lo que pasó realmente es que fue brutalmente asesinada. Recibió varios golpes con un martillo y más tarde, Ali, la apuñaló en varias ocasiones con un cuchillo».
Las investigaciones demostraron que el cuerpo estuvo guardado en el sótano dos días antes de que un vecino viera a dos personas «llevando una carga sospechosa» en mitad de la noche.
Los restos quemados del cuerpo de la mujer fueron encontrados por un hombre en el bosque cercano a Leeds.