
Enésimo caso de abuso sexual que nos llega desde Suecia protagonizado por un refugiado al que se le ofreció vivienda y comida gratis.
Una madre prorefugiados tuvo la idea de acoger en su casa a un refugiado de Eritrea, incluso obligó a su hija a dejar libre su habitación para tener espacio para el hombre acogido.
La niña de diez años, sin poder evitarlo, se vió obligada a dejar su habitación y dormir con su madre mientras el eritreo usaba la que era su cama.

Pocas semanas después de su llegada, Emma, la niña de diez años, se despertó al notar como Isaac le tocaba el pecho. Al momento, la pobre niña de solamente diez años, sufrío un ataque de pánico debido al abuso sexual que estaba sufriendo, aunque no quiso decir nada al no querer meter en un lío a su madre.
Mientras tanto, la niña era incapaz de mirar a Isaac puesto que esto le causaba un gran temor.
Esta historia ha salido a la luz porque la propia Emma lo ha contado a sus amigos, pero el inmigrante no dudó en afirmar ser una acusación falsa al asegurar que tiene una novia en Eritrea.
Tras investigar el caso y someter a Isaac a numerosas preguntas, finalmente el acusado reconoció que sí le tocó el pecho a la niña.
Asegura tener 15 años para no ir a prisión
En Suecia, los menores de edad no son condenados a prisión ni a delitos relacionados con la deportación, es por ello por lo que el agresor afirmar tener 15 años, algo totalmente falso según el Tribunal del Distrito de Lund.
Pese a las dudas existentes de que su edad sea superior a la que afirma tener, la justicia sueca ha decidido seguir adelante y juzgar a Isaac como si tuviera 15 años, es decir, condenando al joven a terapia y permitiendo que siga residiendo en Suecia.
La niña está destrozada
Mientras tanto, el hermano de Emma, afirma que nunca había visto a su hermana tan deprimida. Llora a menudo pese a que siempre la han considerado una niña muy fuerte.
Los suecos comienzan a cansarse de los refugiados
Estos casos están sirviendo para que los suecos comiencen a cansarse de la acogida de refugiados. En noviembre de 2015, el 41 por ciento de los suecos estaba a favor de acoger a refugiados musulmanes, mientras que en septiembre de 2016, solamente el 29 por ciento ve con buenos ojos que sigan llegando más refugiados.