Siguen saliendo a la luz auténticas pesadillas que viven algunas familias españolas por culpa de los okupas. Una familia de la localidad granadina de Salobreña está a punto de quedarse en la calle por culpa de unos okupas.
Además, hay que destacar que esta familia tiene un hijo de 15 años con un 99% de discapacidad, mientras que la madre está enferma y el padre está en el paro, multiplicándose así las dificultades que tienen que superar.
La pesadilla comenzó hace dos años, cuando Puri, la madre, sufrió un ictus que obligó a la familia a mudarse a un piso con ascensor, ya que perdió parte de su movilidad. Al no tener recursos económicos suficientes, la familia, para poder pagar la mensualidad del piso, tuvieron que poner su casa en alquiler.
Pero por desgracia, la familia se ha visto afectada por unos inquilinos que se han convertido en okupas, ya que desde que entraron en la vivienda dando un adelanto de 300€, no han pagado ni un solo mes.
Ha sido Cristina Alabarce, una de las hijas de Puri, la que ha explicado la pesadilla que vive la familia: «Mi padre está en paro y sólo tiene trabajos esporádicos. Mi hermano y yo estamos sin trabajo y mi madre después del ictus, si no puede ni subir las escaleras, aún menos trabajar».
«Les alquilamos la casa hace siete meses, sólo nos dieron 300 euros de entrada. Desde entonces no han pagado nada, ni un mes, ni ningún recibo», dijo al diario Granada Hoy.
Este lunes, Cristina aseguraba que estos okupas reciben una ayuda mensual de 1.600€: «Reciben unas ayudas que le permiten pagar el alquiler. Si no lo pagan es porque no quieren».
La familia de Cristina solamente gana 800 euros al mes, una cantidad que reciben gracias al paro que recibe su padre y de la ayuda por dependencia de su hermano: «Vivimos con apenas 300 euros al mes» explica.
Pese a que han intentado hablar con los okupas para volver a la que es su casa, Cristina explica que estos solamente les responden con insultos: «Hemos intentado hablar con ellos pero solamente nos responden con insultos».
Actualmente están de alquiler en un piso, pero en junio podrían quedarse en la calle, puesto que su contrato llega a su fin y no tienen recursos para buscar otro alquiler.
