No se da un respiro. Pedro Sánchez ha elegido Lanzarote como el lugar donde pasar la Nochevieja. Y no se ha ido solo. En su Falcon 900 ha llevado incluso a su perro, que ha viajado junto a la familia en el avión oficial del Presidente. El viaje no es en absoluto tan oficial como el avión. La familia presidencial ha viajado para tomarse un pequeño descanso del alborotado panorama político.
El lugar elegido para hospedarse ha sido la Residencia Real de La Mareta. Un lujoso chalet en primera línea de mar que cuenta con piscina privada y todo tipo de lujos. Imaginamos que el perro dispondrá también de una caseta a la altura.
Pero lo que nos preguntamos en Caso Aislado es, ¿realmente era necesario?. El Presidente tiene a su disposición todo el parque móvil del Estado y todas las viviendas de Patrimonio Nacional. Que estén a su alcance no significa que usarlas sea ético. Ya pasó la navidad en Doñana en una finca también estatal.
Los ciudadanos señor presidente, tienen una paciencia finita. Los dispendios contra antes se frenen mejor para todos. Porque habrá escoltas que también querrían pasar el fin de año con sus familias y no a las puertas de su chalet en un coche escuchando las uvas por Radio Nacional.
