Rafa Nadal volvió a desplegar su espectacular tenis para llegar a la final del Open de Australia, una final a la que llega sin haber perdido un solo set en todo el torneo, algo que jamás había conseguido.
Tras varios meses apartado del circuito por una lesión, el tenista español ha vuelto por la puerta grande, jugando a un nivel en pista dura que jamás se había visto.
El partido comenzó con el griego Stefanos Tsitsipas llevando la iniciativa en algunos puntos, pero poco a poco, Nadal fue imponiendo su tenis, sobre todo gracias a su consistencia desde el fondo de la pista, incomodando así al griego, que fue incapaz de hacer daño a Nadal con su juego.
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— Eurosport.es (@Eurosport_ES) 24 de enero de 2019
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Con el paso de los juegos, se vio que salvo sorpresa, Nadal no tendría excesivos problemas para dejar fuera al griego. El segundo set, el más igualado de los tres, acabó con 6-4. Stefanos Tsitsipas subió mucho su nivel, pero no lo suficiente para superar a Nadal, que con su agresividad al resto, superó al griego.
Ya en el tercer y definitivo set, el griego Tsitsipas se desinfló ante la contundente superioridad de Nadal, que cerró la manga con un contundente 6-0.
