Los vecinos del distrito barcelonés de Nou Barris siguen oponiéndose a la instalación de una mezquita en un local comercial.
Desde hace meses, numerosos vecinos de la zona han protestado contra la decisión de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, de instalar una mezquita que no gusta a nadie.
Los vecinos de la calle Japón están en contra del oratorio, pudiéndose ver en los balcones de las fincas numerosos carteles en contra de la mezquita en los que se puede leer ‘Mezquita no, convivencia sí’.
Desde marzo, una veintena de vecinos de la calle Japón bajan cada día a las 21.00 horas, cacerola en mano y durante, al menos, 20 minutos se dedican a protestar por la apertura de una mezquita en el local que ocupa el número 28.
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«No se trata de una cuestión racista ni religiosa. Nosotros solo pensamos que no es un lugar apropiado para ubicar un oratorio al que acudirán más de un centenar de personas varias veces al día», explican los vecinos.
Desde el Ayuntamiento de Ada Colau, se sigue manteniendo que tienen la obligación de mantener el derecho fundamental a la libertad religiosa y que la ley solamente les obliga a que los locales donde se realicen estas actividades tengan unas condiciones técnicas adecuadas.
Libertad religiosa?Me ahorro los calificativos a esta individua y a toda esta escoria de extrema izquierda a la que el islam les parece maravilloso y la iglesia católica hay que exterminarla, cuando el islam sea mayoría en Europa que solo es cuestión de tiempo natalidad y invasión estás ratas traidoras serán los primeros en caer.