Andoni Ortuzar, presidente del EBB del PNV, no ha dudado en meterse con aquellos ciudadanos que defienden España al llamar «autoritario» y «rancio» al «nacionalismo español».
En el Aberri Eguna (día de la patria) que el PNV ha celebrado este domingo, Andoni Ortuzar, no ha dudado en asegurar: «Queremos que los autogobiernos catalán y vasco estén exclusivamente en manos de sus legítimos representantes. No queremos gente en la cárcel por defender ideas políticas, no queremos que sean los jueces quienes decidan quién puede gobernar y quién no. Lo que está pasando en Cataluña es muy grave, y nuestros principios y valores nos reclaman alzar la voz y protestar por ello».
Por su parte, el lehendakari Íñigo Urkullu ha pedido expulsar el 155 de Cataluña: «Quiero que se recupere el Gobierno de la Generalitat. Un Gobierno estable y sólido que fulmine el 155 y recupere el Autogobierno. Un president con quien colaborar».
Miedo al avance del «nacionalismo español rancio»
«Tenemos motivos para preocuparnos del nacionalismo español rancio», dijo, destacando que Ciudadanos representa ese nacionalismo español rancio.
También tuvo críticas para la Legión y la presencia de miembros del Gobierno en el desembarco de la misma en Málaga debido a la Semana Santa: «¿Qué hacen cuatro ministros cantando el himno la Legión? ¿Esa es la España en la que quieren que estemos?».
Que se puede esperar de esta gentuza? Dice un refrán ESPAÑOL, «Dios los cría y ellos se juntan». Hay otro que dice » cría cuervos y te sacarán los ojos». La mala baba de los separatistas vascos y catalanes se destila en comentarios como los de estos dos apesebrados, chantajistas y perceptores de los favores del Estado al que tanto odian. Hay muchas soluciones, la primera, la reforma de la ley electoral para ponerlos en su sitio, la ilegalización INMEDIATA de todos aquellos partidos y grupúsculos que aboguen por la destrucción del estado, el castigo ejemplar y duro de actitudes como las del desprecio de los símbolos nacionales, la cadena perpetua para los asesinos (si, también los etarras), la recuperación por parte del estado y cueste lo que cueste de las competencias sanitarias, educativas y policiales y, en última instancia, un cambio constitucional entre cuyas medidas se encuentre la desaparición de las comunidades autónomas, auténtico nido de vagos, inútiles y sanguijuelas del estado. Lo demás, es perder el tiempo.