Jordi Sànchez, presidente de la ANC, sigue siendo el preso más famoso del módulo uno de la prisión Soto del Real, donde lleva encerrado desde el pasado 16 de octubre por un presunto delito de rebelión.
El líder de la ANC, está encerrado en la cárcel madrileña junto a Jordi Cuixart, presidente de Òmnium Cultural y con quien solamente coincide cuando acude a rezar en la capilla de la prisión.
Pese a que ya han pasado más de tres semanas desde que ingresó en prisión, Sànchez sigue sin saber adaptarse en prisión. Las burlas sigue estando presentes, sobre todo debido al grupo de gitanos que la tienen tomada como él.
Precisamente fueron ellos quienes comenzaron con los gritos de «Viva España» y pusieron el himno de España junto al ‘Que viva España’ de Manolo Escobar.
El motivo principal de que los otros presos la tomen con Jordi Sànchez es por lo pesado que resulta el independentista.
En un principio, los funcionarios eligieron a Rodolfo Cachero, un empresario minero, como compañero de celda, con quien apenas compartió palabras
En declaraciones al diario El Mundo, los funcionarios reconocen que el preso les dijo «que Jordi era un tipo raro, con el que ni habló».
Más tarde, Jordi Sànchez tuvo como compañero a un preso peruano al que trató de convencer de que Cataluña tenía razó con la problemática independentista.
Era en la celda 215 donde el líder de la ANC no dejaba de «marear» a su nuevo compañero: «No dejaba dormir a su compañero. Le hablaba hasta las tres de la madrugada sobre un tema que le hacía sentir muy incómodo. Le mareó varios días con el tema de la independencia de Cataluña».
Tras aguantar unos días, el preso peruano pidió desesperadamente ser cambiado de compañero.
Le tenían que haber partido la boca al golpista ese independentista