En Holanda ya actúan contra el burka: prohíben a una mujer subir a un autobús al llevarlo puesto

Fue el pasado 1 de agosto cuando en Holanda entró en vigor la nueva ley que prohíbe el uso del burka y del niqab en transportes públicos y edificios públicos, principalmente edificios gubernamentales, hospitales y colegios, una prohibición muy aplaudida por los holandeses pero criticada desde la izquierda.

Esta semana hemos conocido que una mujer musulmana, Angela Kempeners, de 36 años y residente en Limburgo, no pudo subir a un autobús por llevar el niqab puesto.

«Me sentí como una persona negra en los Estados Unidos. Realmente me afectó», dijo la mujer musulmana insinuando que en EEUU son todos racistas.

El conductor del autobús le pidió que se bajara del autobús y ante su negativa, el propio chófer llamó a la Policía, que finalmente obligó a la mujer bajar del autobús.

La empresa propietaria del autobús, Arriva, confirmó el incidente y mostró su repulsa a la decisión adoptada por el conductor: «Los viajeros con un billete válido no pueden ser obligados a abandonar el vehículo porque la compañía tiene el deber de ofrecer transporte», han explicado desde la empresa.

Por su parte, en declaraciones a ‘De Limburger’, Angela ha explicado que se convirtió al islam hace diez años: «No quiero ser el centro de atención. Me decidí a mí misma y no soy una delincuente. Quiero poder viajar en autobús».

Pocos días después del suceso, Angela volvió a subir al autobús con el mismo conductor. Pese a que este llamó de nuevo a la Policía, en esta ocasión no le hicieron bajar del autobús.

Redacción CasoAislado
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