El proyecto SPRAR, un sistema de integración fundado por el anterior gobierno italiano, ha resultado ser un fraude mayúsculo.
El objetivo del programa era ayudar a encontrar trabajo a inmigrantes que estuvieran en condiciones de precariedad y se financió con fondos públicos por un importe de 15 millones de euros para, entre otras cosas, darles cursos de formación y prepararles para el mundo laboral.
Después de tres años desde el inicio del programa, la realidad ha sido desoladora. Tan solo 120 inmigrantes han logrado un puesto de trabajo. Ha sido la política Silvia Sardone quien ha destapado este tremendo fraude, después de solicitar formalmente una memoria con los resultados del programa.
Según los datos de dicha memoria, el proyecto consiguió becas para 414 inmigrantes, pero solamente el 25% terminó quedándose en el puesto de trabajo. El balance económico del programa es terrible. Con un coste anual de cinco millones de euros, cada inmigrante empleado ha costado a las arcas públicas italianas 41.600 euros al año.
Además, hay que contar con la alta tasa de abandonos. Muchos inmigrantes prefirieron seguir cobrando sus subsidios que continuar con las becas que les garantizarían un puesto de trabajo. Sin duda una muestra más de que regalar dinero nunca es una buena idea cuando se trata de animar a la gente a conseguir un empleo.
Aún no se ha hecho público si finalmente el programa continuará más allá de este año, pero si las cifras no mejoran, durante 2019 se continuará despilfarrando dinero, y lo peor es que no queda claro a dónde han ido a parar los 15 millones de euros con los que ya se ha financiado el programa los pasados tres años.
