Tragedia en Sudáfrica. Una estudiante de 21 años, fue raptada, violada y golpeada hasta la muerte por una banda formada por cuatro negros.
Hannah Cornelius, que se encontraba dando una vuelta junto a su compañero de clase, Cheslin Marsh, de 22 años, fue atacada por cuatro violentos sudafricanos, que formaba una de las numerosas bandas que han surgido en los últimos tiempos y que se ponen como objetivo atacar a los sudafricanos blancos.
Hannah Cornelius fue atacada cuando llevó a su amigo a su casa en su propio coche. Delante del apartamento de su amigo, los cuatro hombres asaltaron el vehículo.
Hannah fue amenazada con un destornillador, mientras que los otros asaltantes abrieron la puerta del pasajero y pusieron un cuchillo en la espalda de su amigo.
A Cheslin Marsh le robaron el dinero y el teléfono móvil. Lo guardaron en el maletero del coche y fueron a comprar drogas.
Por su parte, Hannah, estaba sentada en la parte de atrás del vehículo, entre dos de los cuatro asaltantes.
Tras salir de la localidad de Stellenbosch, cerca de la Ciudad del Cabo, los ladrones se detuvieron en mitad de un descampado, donde forzaron al amigo de Hannah a bajar del mismo. Le obligaron a recostar su cabeza sobre una piedra situada en el suelo y luego golpearon su cráneo con ladrillos hasta que pensaron que estaba muerto.
A continuación, la joven fue arrastrada a unos arbustos cercanos, donde la violaron antes de golpearle la cabeza con una gran piedra y apuñalarla en el cuello.
Su amigo, que no estaba muerto, recuperó la conciencia y se dirigió a una casa cercana. Con graves lesiones en la cabeza y un brazo roto, alertó de lo ocurrido sin saber que el cuerpo de Hannah ya había sido encontrado y que la policía estaba buscándole a él también.
Los autores de este terrible asesinato son Vernon Witbooi, 33, Geraldo Parsons, 27, Nashville Julius, 29, y Eben Van Nieberk, 28, que se enfrentan a cargos de asesinato, secuestro, robo y violación.
