En cualquier país con una justicia seria, un juez no tendría la posibilidad de dejar a medias dos casos tan importantes como el de Púnica y Lezo, pero en España, donde la justicia está politizada, todo es posible.
Tras conocerse que el juez Eloy Velasco abandonará el juzgado que investiga los casos Púnica y Lezo al haber conseguido una de las plazas en la nueva Sala de Apelaciones de la Audiencia Nacional, ambos casos quedan momentáneamente paralizados al tener que encontrar un nuevo juez que los lleve.
¿Cuáles son las consecuencias de la marcha del juez Eloy Velasco?
La principal consecuencia es el retraso que se producirá a la hora de continuar con el proceso abierto en ambos casos.
Se espera que este cambio provoque un retraso de meses en ambos casos, favoreciendo así a los imputados tanto en el caso Púnica como el de Lezo, puesto que el nuevo juez tendrá que leer y estudiar las miles de páginas del sumario.
La justicia, pese a que debería ser más rápida, ha permitido que estas investigaciones vayan a dilatarse en el tiempo. Este ‘ascenso’, que bien se puede considerar una ‘prejubilación dorada’, llega de la mano el PP, al considerar que Eloy Velasco incordiaba en exceso en sus planes de evitar que todos los detalles de la corrupción salgan a la luz.