Carles Puigdemont no podrá votar en las elecciones del próximo 21. El plazo para inscribirse en el censo de electores españoles en el extranjero, finalizó el pasado 22 de noviembre, quedándose así sin opciones de participar en las tan decisivas elecciones.
El ex president de la Generalitat y los ex consellers del Govern, no podrán depositar su voto en las urnas del 21 de diciembre y deberán quedarse en Bélgica para cumplir con la justicia belga, que le ha prohibido salir del país hasta que el juez decida si acepta su extradición a España.
Desde el pasado 3 de noviembre, Carles Puigdemont y sus ex consellers tienen una orden internacional de busca y captura emitida por la juez de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, quien tiene claro que Puigdemont y el resto de miembros del Govern deben ser encerrados en la cárcel.
Es por ello por lo que Carles Puigdemont habria pedido a Bélgica la posibilidad de que policías belgas lo escolten a Cataluña para poder votar en las elecciones, una petición que ha sido totalmente descartada por las autoridades belgas.
«Puigdemont se quedará en Bélgica. No va a poder ir a Cataluña para votar en las elecciones del 21 de diciembre. Es un disparate que alguien pueda pensar que Bélgica le va a poner escolta privada para que pueda votar», dicen fuentes belgas.
«Carles Puigdemont no tiene poder alguno aquí. Está siendo juzgado por la justicia belga y cuando se resuelva su situación, se le permitirá marcharse o bien, será entregado a las autoridades españolas», añaden.
Se ríen de él
En Bélgica ya nadie toma en serio a Carles Puigdemont. Desde que esta semana aseguró que apoyaría un referéndum para decidir si Cataluña seguía en la Unión Europea o no, los belgas tienen claro el personaje que es.
Preguntados por la petición que ha realizado Puigdemont, los ciudadanos dicen: «¿Quién se cree que es? No es nadie para ir pidiendo escoltas que pagamos los belgas. Si quiere irse a Cataluña que lo haga, pero que afronte las consecuencias».
Otros ciudadanos añaden: «En Bélgica sabemos que ha huido de la Justicia española. Lo que debe hacer es afrontar las consecuencias y dejar de ser un cobarde».