A través de las redes sociales, Barcelona en Comú ha presumido de haber retirado una estatua de un comerciante español, que acabará en el Centro de Colecciones del Museo de Historia de Barcelona.
«Retirar la estatua es una reivindicación de muchas entidades vecinales y es una manera de reconocer a muchos colectivos que en esta ciudad luchan contra el racismo y la xenofobia», han dicho desde el Ayuntamiento.
Un acte de justícia, memòria, reparació, reconeixement i celebració.#AdéuAntonio pic.twitter.com/yja7Czsk20
— Barcelona en Comú (@bcnencomu) 4 de marzo de 2018
Numerosas críticas a Ada Colau
La retirada de la estatua ha provocado que Alberto Fernández Díaz, presidente del grupo popular en el Ayuntamiento de Barcelona, haya criticado a la alcaldesa podemita: «El sectarismo de Colau no tiene límites. Sigue sin tener en cuenta el legado que Antonio López dejó a Barcelona».
Ada Colau también recibió la semana pasada, una carta de la alcaldesa de Comillas, Maria Teresa Noceda, en la que expresaba que considera la retirada «un despropósito».
Quieren poner el nombre de un inmigrante africano a la plaza
Pese a que el Ayuntamiento había aprobado el nombre de Les Bullangues, perteneciente a las revueltas populares que permitieron el fin del absolutismo, es muy probable que finalmente se llame plaza Idrissa Diallo, un inmigrante africano que falleció en el año 2012 en el CIE de Barcelona.
No sé si lo hará porque es mala o, por el contrario, quiere rememorar que lo que hoy es Cataluña, era territorio de una de las 33 Taifas musulmanas del Ál-Ándalus; es decir: territorio musulmán desde el 711 hasta que condes de campo del Reino Aragón, lo invaden en el s. XII. Su nombre, Cataluña, proviene de una cédula proveniente de Italia, que, dirigida a los condados Catalaunicos, (noroeste de Francia), por error, le llegó al conde del reciente territorio tomado a los musulmanes; de ahí, que, éste conde, interpretó que el nombre era concedido por el Papa. Mientras tanto, los “eruditos” siguen con sus conjeturas.