Ada Colau ha vuelto a demostrar no querer ningún símbolo ni mención a la Monarquía en Barcelona. La alcaldesa de Barcelona ha dado luz verde al cambio de la avenida del Príncipe de Asturias por el nombre de Riera de Cassoles, que hacía de frontera natural entre Sant Gervasi y el antiguo municipio de Gracia.
El primer teniente de alcalde de Barcelona, Gerard Pisarello ha celebrado el cambio: «Barcelona da un paso más para eliminar la huella franquista y para desborbonizar el nomenclátor de la ciudad».
Fue en septiembre de 2015, recién llegada Ada Colau, cuando el Ayuntamiento de Barcelona aprobó modificar el nombre de cerca de doce plazas y calles de toda la ciudad, todas ellas con nombres relacionados de la aristocracia borbónica.
La medida no ha gustado a muchos barceloneses, que han lamentado que Ada Colau siga modificando las calles de la Ciudad Condal a su antojo, centrándose únicamente en las exigencias de la población podemita.
«Los podemitas siempre tan pendientes de estos problemas que tanto preocupan al ciudadano de a pie… Señor, qué hemos hecho para merecer esto», lamentaban los barceloneses.
Desde el Partido Popular también ha habido críticas a la decisión de Ada Colau. Alberto Fernández Díaz, presidente del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, dijo: «La decisión se suma a las tesis independentistas para las que la bandera de España, nuestro país, el bilingüismo, o la propia Casa Real, son anomalías a extinguir».
