Había pasado pocos minutos de las 20 horas cuando un vehículo chocó voluntariamente con la parte delantera de una pizzería en la localidad de Sept-Sorts, en Seine-et-Marne, a las afueras de París.
Una niña de trece años murió y al menos otras doce personas resultaron heridas, cuatro de gravedad, confirmándose que se trata de un «acto deliberado». Uno de los heridos graves es el hermano pequeño de la niña fallecida.
De acuerdo con una fuente judicial, las primeras declaraciones del detenido «descartan que se trate de un acto terrorista». «El conductor no tiene antecedentes penales. Simplemente estaría deprimido», dijo el portavoz del Ministerio del Interior, Pierre-Henry Brandet.
Según informa RTL, el conductor de 32 años y de habría comunicado a la policía que quería suicidarse. Las últimas informaciones habla de que tenía una Kalashnikov en el vehículo. El conductor del vehículo intentó estamparse una segunda vez contra el local antes de ser retenido por los testigos.
El establecimiento era una pizzería popular situada en un pequeño centro comercial e industrial a las afueras de Sept Sorts, un pueblo de apenas 400 habitantes.
El alcalde de Niza, Christian Estrosi, fue el primero en reaccionar en Twitter al compartir su «profunda emoción».